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Cómo evitar diálogos irreales al escribir una novela

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Diálogos irreales

Diálogos irreales: el error que destruye la autenticidad en los personajes

 

errores comunes al escribir diálogos en novelas

Qué son los diálogos irreales y cómo impactan en una novela

Los diálogos irreales son aquellos que no se sienten auténticos ni coherentes dentro de una historia. Pueden sonar forzados, excesivamente explicativos o simplemente no reflejar cómo se comunican las personas en la vida real. Este tipo de error es especialmente dañino en una novela, ya que el diálogo es una de las principales herramientas para transmitir la personalidad de los personajes y mantener el ritmo narrativo.

Cuando aparecen los diálogos irreales, el lector puede desconectarse de la historia. El diálogo que no refleja una conversación natural, o no está alineado con el contexto, puede romper la inmersión y hacer que los personajes pierdan su credibilidad. Por ejemplo, si en una escena dos amigos están hablando y de repente uno empieza a usar un lenguaje excesivamente formal, esto choca con las expectativas del lector y crea una sensación de irrealidad.

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Es importante recordar que el diálogo no solo debe transmitir información, también debe reflejar la voz única de cada personaje. Si todos los personajes suenan igual o hablan de una manera que no encaja con su perfil, el diálogo se vuelve inverosímil. Un error común entre los escritores novatos es querer explicar demasiado a través del diálogo, cargándolo de información innecesaria o datos que el lector ya debería conocer por el contexto de la narración.

El impacto de un diálogo poco natural no se limita a la interacción entre los personajes. También afecta a la forma en que el lector percibe la trama en general. Si los personajes no suenan reales, las situaciones en las que se encuentran tampoco resultarán creíbles, lo que puede hacer que la novela pierda toda su efectividad narrativa. 

ejemplo de diálogos irreales en una novela

Errores comunes que los escritores novatos cometen al escribir diálogos

Cuando un escritor novato comienza a desarrollar diálogos, uno de los errores más frecuentes es la incapacidad de hacer que las voces de los personajes suenen auténticas y diferenciadas. Los diálogos irreales son un reflejo de una narrativa débil, y a menudo resultan de la falta de experiencia en cómo se comunican las personas en la vida real. Esto puede ocurrir por varios motivos: desde la inconsistencia en la voz de los personajes hasta el uso excesivo de formalidad. Es importante recordar que el diálogo debe sonar natural, como si fuera una conversación que podrías escuchar en cualquier lugar.

Una de las principales razones por las que los diálogos suenan poco convincentes es que los escritores no logran que los personajes hablen de forma diferenciada, algo que suele suceder cuando todos los personajes usan el mismo tono y vocabulario.

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Otro error común es que el diálogo sea demasiado formal, sobre todo en escenas cotidianas que no requieren un lenguaje tan estructurado. Esto no solo afecta la naturalidad de la conversación, sino que también impacta negativamente la credibilidad del personaje.

Es vital que los escritores presten atención a la forma en que las personas se expresan. En situaciones informales, el uso de modismos y coloquialismos enriquece el diálogo y le da a los personajes una mayor profundidad. Por otro lado, no entender cómo aplicar estos elementos puede hacer que la conversación suene falsa, lo que provoca que el lector desconecte de la historia.

Vamos a profundizar en estos errores para que sea más sencillo identificarlos y corregirlos.

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El problema de la inconsistencia en la voz de los personajes

Una de las claves para crear diálogos efectivos es darle a cada personaje una voz única. Esto no solo significa que los personajes deben tener diferentes estilos a la hora de hablar, sino que su manera de comunicarse debe estar alineada con su personalidad, su historia y su contexto. Cuando todos los personajes suenan iguales, el diálogo se vuelve monótono, y se pierde la riqueza de la interacción. Esto es un error muy común entre los escritores novatos, ya que a menudo proyectan su propia voz en todos los personajes.

Por ejemplo, imagina que tienes un personaje joven, rebelde y despreocupado; y otro personaje mayor, con mucha experiencia y una educación formal. Sus diálogos deben reflejar estas diferencias. Si ambos personajes usan las mismas palabras y expresiones, el lector no podrá distinguirlos y parecerá que todos los personajes tienen la misma personalidad.

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Un caso real que ilustra este problema es la novela «Cumbres Borrascosas» de Emily Brontë. Los personajes Catherine y Heathcliff, aunque tienen un vínculo cercano, no hablan de la misma manera. Catherine, educada y algo altiva, usa un lenguaje más elegante, mientras que Heathcliff, con un pasado difícil, tiene un tono más rudo y directo. Esta diferencia en sus voces es lo que hace que ambos personajes resulten reales.

Si el diálogo de un personaje no refleja quién es, el lector notará rápidamente que algo no cuadra. Un ejemplo práctico podría ser el siguiente:

  • Diálogo incoherente: “Estimado amigo, lamento profundamente mi comportamiento irracional, por favor, acepta mis disculpas más sinceras”.
  • Diálogo coherente: “Mira, sé que me equivoqué. Perdona, ¿vale?

En el primer ejemplo, el personaje parece estar hablando de manera excesivamente formal, lo que no encaja si es un personaje joven y despreocupado. En el segundo caso, el tono es más relajado, lo que se ajusta mejor a la personalidad de alguien que suele ser más directo.

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Para evitar este error, es útil trabajar en desarrollar la personalidad de los personajes antes de escribir sus diálogos. Cada uno debe tener un trasfondo y un estilo propio de comunicación. Puedes imaginar cómo hablarían si los escuchas en la vida real, o incluso estudiar cómo personas reales que se parecen a tus personajes se expresan.

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Cómo el exceso de formalidad en los diálogos afecta la credibilidad

Un error que afecta gravemente a la credibilidad de los personajes en una novela es el uso excesivo de formalidad en situaciones que no lo merecen. La formalidad no siempre encaja en un diálogo cotidiano, y cuando se utiliza en exceso, puede hacer que los personajes suenen rígidos y poco naturales. Este problema es particularmente evidente cuando los personajes hablan como si estuvieran en una reunión de negocios, incluso cuando la escena es relajada o íntima.

Imagina una conversación entre dos amigos que están tomando café en una cafetería. Sería extraño que uno de ellos hablara como si estuviera dando un discurso formal. El uso de modismos y un lenguaje más coloquial en estas situaciones es crucial para hacer que la conversación fluya y parezca auténtica.

Un ejemplo práctico de este error podría ser:

  • Diálogo demasiado formal: “Considero que deberías reconsiderar tu postura con respecto a la situación actual, ya que podría tener consecuencias desfavorables”.
  • Diálogo natural: “Creo que deberías pensarlo mejor, podrías meterte en problemas”.

En el primer ejemplo, la formalidad hace que la conversación se sienta forzada, mientras que el segundo diálogo es más directo y fluye mejor, como lo haría una conversación real entre dos personas.

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Este error afecta a la lectura y puede desconectar emocionalmente al lector de los personajes. Si un adolescente habla como un profesor universitario, es poco probable que el lector pueda identificarse con él. Un diálogo que refleja la personalidad y el contexto del personaje hace que la historia sea más verosímil.

En literatura, una de las formas más efectivas de darle naturalidad a un diálogo es usar pausas, interrupciones y oraciones incompletas, tal como sucede en la vida real. Las personas no hablan de manera fluida todo el tiempo; a menudo se interrumpen, cambian de tema y hacen preguntas sin terminar sus frases. Incorporar estas dinámicas en el diálogo mejora la naturalidad.

Un buen ejemplo de cómo los diálogos creíbles marcan la diferencia se puede ver en la obra de Charles Dickens. En “Oliver Twist”, los personajes más humildes utilizan un lenguaje lleno de modismos y expresiones cotidianas, mientras que los personajes de clases altas se expresan con más formalidad.

diferencias entre diálogos irreales y naturales

Estrategias para escribir diálogos naturales y evitar diálogos irreales

Escribir diálogos que suenen naturales es uno de los grandes retos para los escritores, especialmente para aquellos que recién empiezan en el mundo de la narrativa. Los diálogos irreales pueden romper la conexión entre el lector y la historia, creando una barrera que impide que la trama fluya de manera orgánica. Para evitar esto, existen algunas estrategias clave que cualquier escritor puede poner en práctica para mejorar la calidad de sus diálogos y hacer que estos suenen más auténticos.

La primera estrategia consiste en conversaciones escuchando reales. Aunque pueda parecer obvio, es sorprendente cuántos escritores no prestan atención a la manera en que las personas realmente hablan entre sí. Observa los matices, las pausas, las interrupciones y los modismos que la gente usa en su día a día. Esta técnica te ayudará a replicar esas dinámicas en tus personajes y evitar diálogos que suenen forzados o artificiales. Un ejemplo práctico es observar cómo dos amigos conversan en un café. Uno puede interrumpir al otro, o quizás use un lenguaje informal que refleje su cercanía. Este tipo de interacciones auténticas es lo que debe reflejarse en tus diálogos.

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Otra técnica útil es leer los diálogos en voz alta. Cuando escribes en la página, un diálogo puede parecer correcto, pero al leerlo en voz alta, puedes notar rápidamente si suena rígido o poco natural. Los diálogos escritos no deben sonar como discursos, deben fluir como lo haría una conversación real. Si te cuesta leerlo sin sentir que algo está fuera de lugar, probablemente sea porque el diálogo necesita más trabajo.

Finalmente, es fundamental mantener los diálogos concisos. No es necesario que los personajes expliquen todo con lujo de detalles. En la vida real, la gente suele ser más directa, sobre todo en situaciones de tensión o emoción. Un diálogo cargado de información puede hacer que la escena pierda dinamismo. En lugar de eso, deja que los personajes sugieran lo que está ocurriendo a través de sus palabras y acciones, permitiendo que el lector llene los vacíos.

Herramientas y ejercicios para perfeccionar los diálogos en una novela

Perfeccionar los diálogos requiere práctica, pero hay varias herramientas y ejercicios que pueden ayudarte a mejorar este aspecto de tu escritura. Una de las herramientas más útiles es la grabación de conversaciones reales. Puedes pedir permiso a amigos o familiares para grabar una conversación cotidiana y luego analizarla. Fíjate en cómo hablan, en las pausas que hacen, en las palabras que usan con más frecuencia. Esto te dará una idea más clara de cómo se estructuran las conversaciones reales y cómo puedes adaptarlas a tus personajes.

Otro ejercicio práctico es reescribir diálogos mal construidos. Toma una escena de tu novela o de un libro que hayas leído y que no te parezca natural. Luego, intenta reescribir el diálogo para que suene más fluido y creíble. Este ejercicio te ayudará a mejorar la escena en cuestión, además de entrenar tu oído para detectar diálogos que no suenan auténticos.

Una anécdota curiosa relacionada con este ejercicio proviene de los escritores de guiones de cine. En Hollywood, es común que los guionistas reescriban escenas varias veces antes de que los actores las interpreten. Esto se debe a que el diálogo escrito puede sonar diferente cuando se dice en voz alta. A veces, una pequeña modificación puede hacer que una línea plana se convierta en una frase memorable. Por eso, no dudes en hacer varios borradores de tus diálogos hasta que suenen exactamente como quieres.

Un ejercicio adicional es escribir diálogos basados ​​en situaciones cotidianas. Escoge una escena simple, como dos amigos discutiendo sobre qué película ver o una conversación trivial en una tienda, y trata de escribirla lo más realista posible. Al centrarte en lo ordinario, aprenderás a capturar los detalles que hacen que un diálogo sea creíble. Estos pequeños intercambios pueden parecer insignificantes, pero son los que aportan autenticidad a los personajes.

Finalmente, un consejo valioso es observar diálogos en películas o series bien escritas. Algunas obras, como las películas de Quentin Tarantino, son célebres por sus diálogos dinámicos y naturales. Estudiar cómo los guionistas manejan las pausas, los silencios y las interrupciones puede darte nuevas perspectivas sobre cómo mejorar tus propios diálogos.

Resumen final

Escribir diálogos naturales es uno de los mayores desafíos para los escritores novatos, ya que los diálogos irreales pueden romper la inmersión del lector y afectar la credibilidad de los personajes y la trama. Para evitar caer en este error, es fundamental emplear estrategias que aseguren que las conversaciones entre personajes suenen auténticas y fluyan de manera natural.

Al evitar errores comunes, como la inconsistencia en la voz de los personajes o el uso excesivo de formalidad, los escritores pueden hacer que cada personaje tenga una voz única. Los personajes deben hablar de manera coherente con su personalidad, su historia y el contexto en el que se encuentran. Estas distinciones son clave para evitar que los diálogos suenen irreales.

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FAQs

Los diálogos irreales son aquellos que no suenan naturales o creíbles, lo que puede desconectar al lector de la historia. Estos diálogos suelen ser demasiado formales, explicativos o no reflejan la personalidad de los personajes, afectando negativamente a la fluidez y el realismo de la trama.

Para escribir diálogos naturales, es importante escuchar cómo las personas interactúan en la vida real, evitar el exceso de formalidad y mantener las conversaciones concisas. Leer los diálogos en voz alta también ayuda a identificar si suenan fluidos o forzados.

Los errores más comunes al escribir diálogos incluyen la inconsistencia en la voz de los personajes, el uso de diálogos demasiado formales o cargados de información innecesaria, y la falta de modismos o coloquialismos que hagan más auténtica la conversación.

Puedes mejorar tus diálogos grabando conversaciones reales, reescribiendo diálogos mal construidos o escribiendo diálogos de situaciones cotidianas. Estas herramientas te ayudarán a perfeccionar la autenticidad de las conversaciones en tu historia.

Para evitar que todos tus personajes suenen iguales, debes darles una voz única que refleje su personalidad, historia y contexto. Asegúrate de que cada personaje utilice un vocabulario y un tono coherente con su trasfondo y emociones.

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