Baecula, la ciudad perdida

Eduardo Alvarado Rodríguez

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Baecula, es la ciudad ibera que da nombre a la famosa batalla entre romanos y cartagineses, en el año 208 a. C., que abrió las puertas a la romanización de Hispania.

En el siglo II antes de Cristo, Baecula era una ciudad ubicada en el curso alto del río Guadalquivir. Un pastor ibero es el protagonista de esta historia en la que intervienen: iberos, cartagineses, también llamaos púnicos y romanos.

En el año 1147 de nuestra era, un mesto albañil (alarife en el mundo musulmán) viaja a Yayyan (Jaén) hasta Isnadiel, lugar donde estableció su campamento Publio Cornelio Escipión antes de la batalla de Baecula, para levantar una torre vigía.

En el siglo XIV un caballero de la mesnada de don Pedro Díaz de Toledo, Adelantado de Cazorla, es el encargado de levantar, sobre los restos de una antigua torre vigía, el campanario de la iglesia de la villa de Santo Tomé.

Las tres historias enlazan porque las piedras de la muralla de Baecula sirvieron para la construcción del campanario, la iglesia y un molino harinero.