«Y aquí desnuda de prejuicios, desnuda de cuerpo adentro aquí delante del espejo, sin velos ni tapujos, sin manos que me sostengan, con algo de frio interno, pero sin miedos, sosteniendo mi espalda con la almohadilla de mis sentimientos, con pluma algo afilada y con algo de temor a lo incierto. Con sangre en mis entrañas y con muchos caminos pasados. Con hijos que Dios me ha dado. Con destino fraguado en hierro candente, pero que nadie me ha modelado porqué he sido hierro fuerte. He vivido lo bueno y lo malo. Lo pasado pasado y mucho pasado. Lecciones aprendidas. De lo malo sacar lo bueno. Hoy estoy por otros caminos más llanos por cierto, hoy hay pocos sinsabores porqué yo no los quiero. Hoy me desnudo ante lo incierto, ante el espejo, lo que veo ya me gusta me muestra un camino nuevo, lleno de flores de rimas de versos de pinturas y anhelos de bosques por descubrir de mar para bañarme de ríos para mirarme de vida la que me quede para gastarla y disfrutarla. Y como uno lo quiera será, cada día tendrá sentido cada día tendrá misterio y cada día empezaré de nuevo. Aquí compongo unos versos libres de tapujos y de silencios. Saco de mi interno mis esperanzas y mis anhelos. Seguro algunos ciertos otros de mi mente y nadie puede decir que no son ciertos porqué los vivo en mis adentros. Y a liberar pasados y abrazar lo nuevo».
Fernanda Muñoz Agudo