¡¡¡Arrancada de santurrón, frenazo de gamberroooo!!!
Soy consciente de que mi ilusionante y exagerado estilo de escribir, o lo que sea, a lo peor te tentará a suponer como ente lector que los relatos, aún por ojear, han sido tecleados adictos a la burda exageración o distorsión del día a día por mi ego experimentado. Pues juro por mi vida, cosa seria, que toda anécdota deletreada en este tocho que desea penetrarte vía pupilas es una descripción exacta en su esencia de la realidad que sucedió. Alertado quedas.
Hay veces en las que el guion de la vida moderna, esforzarse por destacar para así promover la envidia ajena sobre lo propio se va al garete desgracias a un trance físico (enfermedad o lo que sea). Solo sobreviven al naufragio moral los resilientes que adaptan sus escalas de valores a lo que hay.
AMÉN GAMBERRO.