¿Qué dice el rostro de Harrison Ford?
Caso práctico de morfopsicología para descubrir fortalezas y debilidades de Harrison Ford:
- Destacan sus ojos pequeños y muy protegidos. Esta característica le permite mantener la calma en momentos de máxima tensión. Su yo íntimo no será influenciado, ni perturbado mentalmente por ningún elemento o estímulo del exterior.
- Esta mirada es conocida como la de los grandes tiradores de faltas o penalti porque mantienen la calma y la concentración en lo que verdaderamente importa: meter el balón entre los tres palos y no en el rugir del estadio.
- Su mirada puede ser considerada por algunos especialistas en la materia como un tanto dura. En cierta medida, le cuesta dar su brazo a torcer o cambiar de parecer. Si quieres captar su atención, primero debes conocerle bien antes de hacerle una propuesta.
- Llama la atención su rostro asimétrico. Puede verse con mayor claridad en la zona derecha del rostro, concretamente en labio y nariz, las cuales, están ligeramente levantadas. No se debe confundir este gesto como un rasgo de arrogancia o superioridad (respuesta que podría ofrecerse si se aplicaran las microexpresiones).
- Su rostro es la expresión de una constante lucha entre elementos secundarios y primarios. Sus emociones son más primarias que secundarias. Se adapta fácilmente a cualquier situación o lugar, generando empatía y extroversión. Habla de cosas claras, sencillas y entendible por todo el mundo. No de difíciles teorías y análisis.
- Al mismo tiempo, presenta varios rasgos de emociones secundarias, como la fidelidad a los principios y las dotes de liderazgo naturales.
- En general, es un yin-yang. Es sociable e introvertido al mismo tiempo. Todo depende del tema y lugar en el que se encuentre. Puede apreciarse como su lado izquierdo, entre la nariz y el pómulo, está más hundido que el del lado derecho.
- Sus instintos son fuertes y muy selectivos. Prefiere poco pero de buena calidad.
- Es una persona que piensa y medita mucho. No actúa por azar. Recordar que a nivel cerebral e instintivo tiene buenas medidas de autocontrol. La buena apertura de sus receptores emocionales, unido a una ligera hipersensibilidad, le aportan frescura y buenas dotes de socialización.